EL FUEGO DEL DRAGON BOLETIN MENSUAL DE OVNILOGIA Nº
139 - Marzo de 2010
Editado por Carlos Alberto Iurchuk La
Plata - Argentina dragoninvisible@gmail.com "El Dragón
Invisible" http://correo.hispavista.com/Redirect/dragoninvisible.com.ar
Se
permite la reproducción parcial o total, por cualquier medio, de
los artículos presentados en este boletín. Si así se hiciere, se
agradecerá la notificación al autor del artículo y al editor del
boletín.
Mutilaciones de ganado: B. Ann Slate y la
matanza en las praderas
(Segunda parte)
Scott
Corrales Bradford - Estados
Unidos lornis1@earthlink.net
B. Ann Slate colaboraba con
Stanton Friedman, el paladín del caso Roswell, y creía no sólo en
la procedencia interplanetaria de los ovnis, sino también que los
alienígenas requerían infusiones de sangre para contrarrestar
los efectos de los viajes espaciales. Esta creencia se
fundamentaba en los hallazgos del personal médico de la NASA, que
informaban que los glóbulos rojos de nuestros astronautas
mermaban a consecuencia de la falta de gravedad en el
espacio. "¿Son suficientemente pequeños los becerros como para
ser llevados a bordo de una nave espacial como fuente de
hemoglobina, mientras que la nave se encuentre dentro de la
atmósfera terrestre? Y al culminar la "visita", ¿arrojarán los
cadáveres a tierra, devolviendo los especímenes a
sus propietarios?" Esta conjetura puede ser ofensiva para
algunos, principalmente aquellos que creen que los tripulantes de
los maravillosos platillos volantes son nuestros "hermanos
mayores" de cabellera rubia y nombres griegos, y para los que
rechazan de lleno la posibilidad de que el fenómeno de las
mutilaciones de ganado tenga que ver lo más mínimo con
extraterrestres. En consonancia con los cánones del periodismo,
Slate presentaba en su trabajo las otras posibilidades que se
sopesaban en aquel momento, sobre todo la más inquietante: la
posibilidad de que la masacre de animales fuese obra del gobierno
federal de los Estados Unidos. Esta hipótesis estaba siendo
cultivada por investigadores como Peter A. Jordan, cuyas
entrevistas con Manuel Gómez, Gabe Valdéz y otro
protagonistas del fenómeno de las mutilaciones han figurado en
numerosas revistas y libros sobre el asunto, y también por
Seymour Hersh, de renombre internacional por haber destapado la
masacre de My Lai durante la guerra de Vietnam, lo que le mereció
el premio Pulitzer en 1970. Hersh estaba convencido de que el
ejército estaba utilizando las vacas en el "midwest"
estadounidense con dos fines distintos: para someter a prueba
sus gases paralizantes y otros "agentes nerviosos" con fines
bélicos, y tal vez lo más importante - perfeccionar sus armas
láser con fines estratégicos. "Durante la investigación de un
caso de mutilaciones de ganado", prosigue Slate, "un comisario
del estado de Colorado descubrió una mochila militar con bisturí,
guantes quirúrgicos, y el pene de un toro. La suposición fue que
estos materiales fueron depositados deliberadamente para
crear confusión. Tal vez no haya sido así. Tal vez estos
implementos representaron el primer paso hacia la respuesta,
aunque nadie lo haya reconocido al instante. "El gas nervioso
funciona de la siguiente forma. Los músculos voluntarios caen en
un estado de vibración antes de quedar paralizados. Las pupilas,
la vejiga y el canal alimenticio (el canal entre la boca y el
ano) se contraen, se produce la erección del pene, hay
secreciones las glándulas lacrimales y salivarias, y se reduce la
palpitación cardiaca. La muerte sobreviene por lo general debido
a la asfixia, motivada por la parálisis de los
músculos respiratorios. "Resulta curioso entonces que en las
mutilaciones de ganado, la mayor parte de los órganos descritos
anteriormente sean los que faltan. ¿Sería posible que estos
especímenes, sometidos a prueba mediante autopsia, revelarían
que se ha realizado una prueba de gas nervioso? "Y luego
tenemos el arma radiactiva más importante del siglo XX - el láser
- cuyas investigaciones permanecen altamente clasificadas. Se
sabe que la unidad de pruebas móviles del Army Missile Command
tiene la misión de "investigar la factibilidad del uso de los
láseres en una variedad de fines militares". "La revista
Aviation Week & Space Technology (Sep. 8 1975) manifiesta:
En semanas recientes, el Army Missile Command ha otorgado
contratos para la investigación de dos aplicaciones de rayo láser
- HEMLAW (armas láser montadas en helicópteros), cuyo contrato
fue otorgado a Bell Aerospace, TRW y Boeing, e INLAW (arma láser
de infantería), otorgado a AiResearch, General Electric y Hughes
Aircraft. El Ejército no divulgará mas información sobre las
metas del proyecto, salvo la indicación de que estos estudios
forman parte de sus investigaciones sobre los rayos láser de alga
energía". Los múltiples usos del increíble rayo láser son tema de
numerosos artículos que van desde aplicaciones industriales hasta
el uso del rayo láser en procedimientos médicos que permiten
realizar la cirugía sin derramar sangre. El láser puede
cauterizar ulceraciones sangrantes sin abrir la
piel quirúrgicamente, y rebanar cualquier porción de la piel sin
desangramiento. "Las mutilaciones son iguales que el año pasado,
pero ahora se llevan pedazos de piel", declaró el comisario Tex
Graves de Sterling, Colorado, en Octubre de 1976. "Nos dicen que
los depredadores tienen la culpa. ¡Depredadores! Bueno, este es
mi rancho y estas tierras son de ganadería. Todo mi personal
creció en granjas y en ranchos. Sabemos lo que puede hacer un
depredador. Hemos visto estas mutilaciones y no hay forma [de que
sea obra de depredadores]". El comisario Graves es un policía
iracundo que ha dicho que no declarará ningún caso de mutilación
cerrado "hasta que no se descubran los responsables". Aunque
todos estamos familiarizados de sobra con los láseres, no sólo
como entretenimiento en nuestras discotecas, sino como
herramientas en los quirófanos de hospitales y consultorios
privados, o hasta como juguete, este no era el caso a mediados de
los '70. Hasta los rayos láser portátiles, cuya existencia no fue
dada a conocer hasta mediados de los '80, pueden haber jugado
parte en estas mutilaciones, si efectivamente fueron obra
del gobierno. B. Ann Slate escribiría otros artículos
posteriores sobre el tema de las mutilaciones de ganado, pero
ninguno de ellos con la cantidad de información aportada en este.
Su libro sobre el tema, si es que llegó a pensar en reunir todas
sus investigaciones en un sólo volumen, se quedaría en el
tintero.
=======================================
Entrevista
a Moisés Garrido Vázquez
Mirta Cristina Rodríguez
Corderí Buenos Aires -
Argentina mirtacristinarodriguez@gmail.com
Entrevista
publicada en: http://correo.hispavista.com/Redirect/dosmentesideaymedia.blogspot.com
MOISÉS
GARRIDO VÁZQUEZ (Huelva, 1966) lleva tres décadas investigando
los fenómenos anómalos (espiritismo, parapsicología, ovnis,
milagros...). Ha sido directivo de diversas asociaciones
especializadas en el estudio de los sucesos inexplicados, como el
C.E.U.P. (Centro de Estudios Ufológicos y Parapsicológicos), el
G.E.I.F.O. (Grupo Español de Investigación del Fenómeno Ovni -
Delegación de Huelva) y la Sociedad "Andrómeda" de Sevilla. Fue
corresponsal de las extintas revistas especializadas KARMA-7 y
ESPACIO Y TIEMPO. Actualmente publica sus trabajos en MÁS ALLÁ DE
LA CIENCIA y ENIGMAS. Colaborador en prensa y radio. Ha escrito
más de 300 artículos y reportajes periodísticos sobre misterios
en general. Autor de los libros "El negocio de la Virgen"
(Nowtilus, 2004) y "El negocio de la fe" (América Ibérica, 2007).
Interesado por las cuestiones científicas, filosóficas
y religiosas crea a principios de 2009 el blog "La Sombra de
Chárvaka" (http://correo.hispavista.com/Redirect/lasombradecharvaka.blogspot.com),
un rincón virtual para el debate crítico sobre estos apasionantes
asuntos. Acaba de finalizar un extenso libro sobre los fenómenos
anómalos, exponiendo el resultado de sus investigaciones y
reflexiones.
- ¿Cuál consideras la puerta de entrada o el
punto alfa de tus investigaciones en el mundo del misterio? -
Yo me adentré en el mundo del misterio, como tantos otros
investigadores, a través del espiritismo, y más concretamente a
través de la oui-ja. A los 16 años, en el instituto, conocí a
Fernando García y Raúl Ortega que fueron compañeros de clase. Nos
aficionamos a las prácticas espiritistas y lo que comenzó siendo
un juego pronto se transformó en una gran curiosidad, en
una necesidad vital de saber si realmente era posible establecer
comunicación con los supuestos espíritus. El tema me lo tomé tan
en serio que comencé a devorar toda la literatura existente sobre
espiritismo, como las obras de Allan Kardec. De la oui-ja pasé a
realizar psicofonías, a frecuentar sesiones con médiums, a
cartearme con otros interesados, a afiliarme a grupos de
temáticas espiritistas y esotéricas... Casi sin darme cuenta,
me fui metiendo en el mundo de lo inexplicable, estudiando
parapsicología. Con el paso de los años, dejé de creer en la
comunicación con los muertos, pero aquello fue mi bautismo de
fuego. Y si hoy estoy aquí, consagrado a estos temas, se lo debo
a todo lo que viví en aquella inolvidable etapa adolescente de mi
vida, en la que el espiritismo significó tanto y en la que todo
lo vivía con gran entusiasmo. No obstante, ya en mí existía
plantada una semilla. Recuerdo que desde pequeño me interesaba
más observar el cielo, filosofar sobre la vida y la muerte, ver
los programas de Jiménez del Oso en televisión y leer libros
sobre la prehistoria y sobre el cosmos, que entretenerme en dar
patadas a un balón. Desde muy temprana edad llevaba un filósofo
en mi interior y es normal que al descubrir el fascinante mundo
de los enigmas me metiera de cabeza en él. Aquello, de algún
modo, dio sentido a mi existencia. - De los diversos campos
disciplinarios que abarcas, ¿cuál es el que te fascina o te atrae
más y por qué? - Para una mente inquieta como la mía, todos. Es
más, yo observo que todo está interrelacionado y no me es posible
hacer distinción. Ya sabes que mis temas fuertes han sido la
parapsicología y la ufología. Sin embargo, en los años noventa
del pasado siglo fui en España uno de los impulsores de
la "paraufología", siguiendo la estela de Ignacio Darnaude y José
Mª Casas-Huguet. Se trata de una disciplina a caballo entre lo
paranormal y los OVNIs, según la cual las experiencias ufológicas
vienen acompañadas muchas veces de elementos parapsicológicos.
Los testigos OVNIs, sobre todo de encuentros cercanos, suelen
desarrollar ciertas facultades psi o ya las tenían previamente.
Los OVNIs como despertador de la conciencia. Por tanto, estamos
ante piezas de un mismo puzzle. Me interesa lo paranormal,
los ovnis. pero también la cosmología, la neurociencia, la física
teórica, la psicología transpersonal, la filosofía. Si tienes un
verdadero afán de conocimiento, como ocurre en mi caso,
necesariamente te tienes que sentir atraído por todo aquello que
arroje luz sobre los misterios del Cosmos y del Hombre, que de
alguna manera lo abarcan todo. Un tema te lleva obligatoriamente
a otro. El camino es largo y con muchas bifurcaciones. Bien es
cierto que por el camino vas dejando cosas. Ya las prácticas
espiritistas no me interesan nada. Pero creo que quien se adentra
en estos temas debe tocar todos los palos, interesándose por el
estudio y la investigación de un sinfín de asuntos. A la larga,
esa experiencia acumulada te vale de mucho, siempre y cuando te
enriquezcas intelectualmente y adquieras un buen nivel de
conocimientos científicos y psicológicos. - ¿Qué queda del
adolescente que jugaba con la oui-ja? Cuéntame de tus sueños e
ilusiones en esa época. - De alguna manera ya te lo he respondido
anteriormente. Aquellas primeras incursiones en el mundo del
misterio las vivía con tremenda pasión, con curiosidad, con
asombro, con miedo en ocasiones ante lo desconocido, porque a
veces ocurrían cosas que escapaban a nuestro control. A pesar de mi
actual escepticismo, sigo manteniendo una gran pasión a la hora
de explorar el misterio. Continúa siendo el epicentro de mi vida
y, como siempre, suelo sacrificar otras cosas, como ratos de
ocio, para que nada obstaculice el objetivo que me he marcado en
la vida, pues no existe nada que me llene tanto. Sigo también
escribiendo sobre estos temas en revistas especializadas. Además,
he finalizado recientemente un libro dedicado a los fenómenos
anómalos en general, dando buena cuenta de casos, hipótesis,
etc. Condensando en dicha obra mis ideas, mis reflexiones, mis
investigaciones. El hecho de que actualmente enfoque estos temas
desde un punto de vista más crítico que antes, resultado lógico
de los conocimientos que uno va adquiriendo durante el transcurso
del tiempo y de las conclusiones de las propias investigaciones,
no significa que mi interés haya disminuido. Posiblemente, hoy me
centre más en la filosofía que en la parapsicología, en las obras
de Jung que en las del doctor Rhine, en los libros de
física teórica que en los de OVNIs, pero como te dije antes, todo
conocimiento adquirido sobre otras materias al final me sirve de
excelente complemento para aplicarlo luego al terreno de los
fenómenos anómalos, en el que sigo investigando cuando me llegan
casos con un alto índice de extrañeza, pues soy mucho más
exigente en ese sentido. De hecho, la mayoría de
estudiosos adolecen de una buena base filosófica y científica. A
estas alturas, hacen falta más pensadores y mentes científicas
que meros recopiladores de casos y gente que se entretiene en
buscar fantasmas en cementerios, pues al final no saben qué hacer
con el material recogido, que por otro lado casi siempre suele
ser insignificante, ya que, desgraciadamente, la mayoría de los que
se adentran en estas temáticas pecan de excesiva credulidad y
cualquier mínima cosa, un simple reflejo de luz, la convierten en
una gran prueba paranormal. Precisamente, en cuanto a creencias e
ingenuidad queda muy poco de aquel adolescente atraído por el
espiritismo, el esoterismo, la Misión Rama, etc. La madurez que
dan los años, el cúmulo de estudios e investigaciones y
el descubrimiento de tantísimos fraudes -la asignatura pendiente
del mundo del misterio-, me han conducido necesariamente hacia un
sano escepticismo. - ¿Qué extrañas del Moisés que sostenía la
"Hipótesis Extraterrestre"? ¿Qué le dirías hoy? - No extraño
nada de aquél Moisés y le diría simplemente que le
faltaba información. Cuando profundizamos en el tema OVNI, cuando
analizamos a fondo la casuística, cuando manejamos otras
hipótesis y tenemos conciencia de lo que significa desde un punto
de vista astronáutico -que no astronómico, porque estoy
convencido de que existe vida en otros mundos- una
eventual visita de seres procedentes de otros planetas -con todo
lo que ello conllevaría a escala mundial-, la HET se cae por su
propio peso. La sociedad se plantea el tema OVNI desde dos
posturas abiertamente enfrentadas: o existen o no existen. Y si
existen son de otro planeta. Eso es todo. Y así también enfoqué
el problema cuando comencé a estudiarlo, influido qué duda cabe
por la literatura pro-HET de la época. Luego fui observando que
el asunto es más complejo y que tiene elementos arquetípicos,
oníricos, absurdos. Los abducidos parecen protagonizar más bien
una especie de "estado alterado de conciencia". Podríamos estar
hablando de visiones relacionadas con la epilepsia del lóbulo
temporal. La apariencia de los ufonautas, de acuerdo a las
descripciones de los testigos, es sospechosamente humana. Hasta
respiran nuestra atmósfera y se comunican fácilmente con
nosotros. Creo que proyectamos en ellos una visión futurista de
nosotros mismos. Algunos nos traen mensajes redentores y otros
nos secuestran. Unos tienen rasgos angelicales y otros
demoníacos. El interior de las naves nos recuerda el aspecto de
un quirófano. Incluso el instrumental que emplean es similar. Hay
muchos elementos propios de la ciencia-ficción, que planteaba
estas mismas cuestiones décadas antes de que floreciera el tema
OVNI a mitad del siglo XX. Muchos relatos ufológicos nos
recuerdan antiguas crónicas sobre duendes, hadas, íncubos, etc. A
eso hay que añadirle, como ya señalé antes, las implicaciones
paranormales que presentan algunos casos. Yo creo que estamos
ante algo parafísico o, más bien, ante un mito
tremendamente complejo que se reactualiza por épocas. Sea lo que
sea, me parece que el factor humano es el epicentro de estas
historias, no las presuntas naves avistadas. El testigo no es
algo independiente del fenómeno observado. Jung ya tuvo en cuenta
estos elementos, considerando que los OVNIs son de naturaleza
psicoide, con una gran carga emocional detrás. Cuando
tomé conciencia de todo ello, fue cuando dejé de defender la HET,
considerándola inviable, aparte de la falta de pruebas
concluyentes sobre la misma, después de sesenta años de
investigación ufológica. Por eso hoy considero fundamental
enfocar el tema OVNI desde planteamientos psicosociológicos,
por mucho que nos pese, aunque mantengamos la posibilidad de que
exista un estímulo externo real. En ese sentido, me merece mucho
respeto la escuela francesa, con ufólogos escépticos como
Monnerie, Pinvidic y Maugé a la cabeza. - ¿Has pasado alguna
"noche oscura del alma"? - Pues sí. ¿Y quién no? Estos temas
suponen bastante sacrificio, aunque por otro lado te den mucha
satisfacción y te enriquezcan intelectualmente, muchísimo más que
lo que puedas aprender en una carrera universitaria. Te dedicas
en cuerpo y alma, es una entrega total, vives por y para el
tema, que no del tema. Lees un montón, conoces a mucha gente, no
paras de estudiar, de robar horas de sueño. Llega un momento en
que necesitas parar, descansar. Cuando estás harto de descubrir
fraudes, de no encontrar evidencias incuestionables, de toparte
con tantos crédulos y sinvergüenzas, se te pasa por la cabeza
tirar la toalla. Olvidarte por un tiempo de estos temas o verlos
desde fuera, no implicándote tanto. Una de esas "noches oscuras"
la atravesé hace cinco años. Poco después de salir a la luz
mi libro "El negocio de la Virgen", donde daba buena cuenta de
los montajes aparicionistas. Coincidió con el replanteamiento de
mi agnosticismo que derivó finalmente en mi actual ateísmo, con
un resquebrajamiento de muchas de mis antiguas ideas y creencias.
Fue un período de bastante reflexión interior, de constante
estudio filosófico y científico. Puse sobre la mesa aquellas
ideas que uno defiende por inercia respecto a lo paranormal y
los OVNIs, y me di cuenta de que se fundamentaban más en
creencias que en evidencias. Hice un examen de aquellas hipótesis
más defendidas por los ufólogos y parapsicólogos, descubriendo
que son precisamente las que contienen más referentes animistas.
Eso me hizo pensar que normalmente no interesa enfocar esos temas
desde una vertiente científica, sino cuasi-religiosa. Mucha gente
se acerca a la parapsicología no con un afán científico, sino con
la imperiosa necesidad de encontrar supuestas evidencias de una
vida post-mortem, de la existencia de algo trascendental. Pero
luego no investigan. Se instalan cómodamente en estos temas y punto.
Lo paranormal lo convierten en una especie de sucedáneo
religioso. El tema OVNI igual. Ya sabes cuánta gente se
identifica con el mensaje contactista. No les interesa averiguar
qué son los OVNIs. Ya los tienen de sobra identificados. Son ni
más ni menos que nuestros "Hermanos Cósmicos" que vienen a
echarnos una mano. Lástima que nunca estén donde más se
le necesitan, como por ejemplo, en Haití o en Chile. Los
extraterrestres son los nuevos dioses de Acuario. Hay una gran
carga milenarista y mesiánica detrás del fenómeno OVNI. Por estas
y otras razones, uno decide en algún momento dejar estos temas,
porque crees que de nada sirve enfocarlos racionalmente. La gente
seguirá confundiendo deseo con realidad. No obstante, resulta
difícil dejarlos para siempre. Te tomas cierto descanso, pero al
final, vuelves aunque te hayas vuelto escéptico. Te das cuenta
de que puedes seguir aportando mucho, aunque ya no te
identifiques con la corriente ortodoxa o crédula. Esto lo
llevamos grabado a fuego en lo más profundo de nuestro ser. Es un
contrato vitalicio. No hay nada que me llene más en la vida. Cada
uno está llamado para hacer algo. Y mi vida no la entiendo sin el
misterio. - ¿Cómo pasaste de la creencia al agnosticismo y de
éste al ateísmo? Explica los estados emocionales asociados a esa
transformación en ti. - Quizá sea la pregunta más difícil de
responder, porque son procesos muy personales, de reflexión
interior y que ni siquiera compartes con tu familia. Nunca he
sido especialmente una persona de fe, sino más bien de profundas
dudas. En todo caso, creía en un Dios como el que planteaba
el filósofo Spinoza. Una especie de panteísmo, una Inteligencia
Cósmica que impregna el Universo y la Vida, la Naturaleza en su
conjunto. Ya sabes, aquello de "Deus sive Natura". Desde que tuve
uso de razón, no me convenció el Dios de la revelación que nos
presentan religiones como la judeocristiana. El Yahvé bíblico me
parecía un impresentable y no podía entender que la gente creyera
en un ser tan cruel y perverso, creado más bien a imagen y
semejanza nuestra. Por otro lado, la existencia del mal en el
mundo me ha hecho dudar siempre de la existencia de un Dios
todopoderoso y misericordioso. Luego, la falta de evidencias. Es
más, la fe es contraria a la razón, por mucho que ciertos
teólogos sesudos digan lo contrario y saquen a colación la tan
manida escolástica. El conocimiento siempre me atrajo más que la
fe. Pronto reconocí que la idea de Dios no se sustentaba sobre
nada sólido, sino que pertenece al reino de la imaginación. No hay
más que ver los débiles argumentos de los creacionistas. A Dios
no lo mató Nietzsche, lo mató Darwin con su magistral teoría de
la evolución. No obstante, de cara a la galería, me definía como
agnóstico, aunque en lo más profundo de mi ser la idea de Dios me
parecía tan absurda como ridícula. Conforme me aproximaba a las
ideas científicas rechazaba más la idea de Dios. Las experiencias
visionarias, los estados místicos, la devoción religiosa. Todo
eso tiene explicación racional. La fe se hereda culturalmente, es
algo que nos inyectan desde pequeño, no es ningún don divino.
Hoy, la neurología estudia las estructuras cerebrales que
potencian las experiencias místicas e incluso la fe religiosa.
Estoy cada vez más convencido de que la fe ha servido como
mecanismo de defensa para mitigar el temor a la muerte. Nos
angustia la idea de que algún día desapareceremos para siempre.
La religión cumple, por tanto, una función consoladora. De
ahí que el sentimiento religioso, que comenzó a aflorar en el
Hombre de Neanderthal con el pensamiento mágico, esté tan
arraigado en la naturaleza humana, formando ya parte de la
evolución cognitiva. ¡Cuánta razón tenía el filósofo Lucrecio al
decir que "el miedo engendra dioses"!... Por eso, a los creyentes
les cabrea tanto que algunos hablemos abiertamente de ateísmo y
no seamos temerosos de Dios como lo son ellos. Se sienten
ofendidos. A los ateos, en cambio, nos ofenden las barbaridades
que se siguen diciendo y cometiendo en nombre de Dios. Las
religiones no han hecho de este mundo un lugar más habitable. Al
contrario, han potenciado la división entre los hombres. Además,
son intolerantes, dogmáticas, misóginas. De todos modos, mi
crítica a la religión y a la idea de Dios la
fundamento, principalmente, desde mi defensa del materialismo
filosófico. Por tanto, mi ateísmo guarda más relación con el
defendido por ciertos filósofos de la Ilustración, como el Barón
D'Holbach por ejemplo, que el que pueda derivarse desde
planteamientos psicológicos y sociológicos. De todo ello doy
buena cuenta en mi blog "La Sombra de Chárvaka" donde desarrollo
ampliamente el tema, especialmente en mi polémico artículo "La
nociva droga de la fe", que ya vio la luz en el nº 59 de la
revista virtual "El Ojo Crítico". Cuando por fin me dije que ya
era hora de definirme ateo, pues llevaba años pensando como tal,
actué consecuentemente, primero realizando mi apostasía de forma
oficial, siéndome concedida por el Obispado de mi ciudad en mayo
de 2008, tras meses de papeleos. Y segundo, confesándolo
abiertamente y con total libertad, máxime tras ver la
intolerancia de los creyentes cuando el biólogo y ateo Richard
Dawkins promocionó la campaña de los buses ateos. Ahí me dije que
los ateos teníamos ya que defender nuestra postura sin temor
al qué dirán, y más en un estado aconfesional como España, tan
impregnado aún de referentes católicos a causa de su pasado
histórico. Fruto de esa motivación fue crear mi propio blog
ateísta. Y al que no le guste mi forma de pensar, pues ya sabe lo
que tiene que hacer: no leerme y encomendarse a su Dios
imaginario para que le libre de "almas condenadas" como la mía.
Como bien sabemos, amiga Mirta, creer es más fácil que pensar,
por eso hay tantos creyentes. - ¿Cómo es el escepticismo que
practicas? - Sigo fielmente el axioma del desaparecido ufólogo
francés Aimé Michel: "Tener la mente abierta, estudiarlo todo y
no creer en nada". El escepticismo que practico no tiene nada que
ver con ese escepticismo militante radical que defienden ciertos
grupos anti-paranormal como el que existe en España, con cuya
línea sectaria y difamatoria no me identifico lo más mínimo.
Escéptico es aquél que duda, no el que niega lo paranormal
a priori. Yo defiendo la parapsicología seria, científica, la que
desde Rhine se ha realizado en laboratorios, bajo un prisma
experimental. Lo mismo que digo una cosa, digo otra: estoy
convencido de la realidad de la ESP (Percepción Extrasensorial).
Creo que se han acumulado suficientes evidencias para defender
que, bajo determinadas circunstancias, se pueden producir
fenómenos como la telepatía, la clarividencia o la precognición.
Yo he recogido testimonios de primera mano que me merecen total
credibilidad. Y no hay que hurgar en teorías animistas para
explicar esos extraordinarios fenómenos. Así pues, los hechos no
los niego. Cuestiono, eso sí, la interpretación que dan ciertos
parapsicólogos de tendencia trascendentalista. Si es una cualidad
especial del psiquismo humano, la neurociencia tendrá algún día
la última palabra. Recordemos, además, que la parapsicología fue
aceptada como disciplina científica en 1969, cuando
la "Parapsychological Association" fue admitida en el seno de la
"Asociación Americana para el Avance de las Ciencias", gracias al
apoyo de una gran mujer: la antropóloga Margaret Mead. Al
cumplirse el pasado año el 40º aniversario de esa fecha, escribí
un amplio dossier para la revista "Más Allá de la Ciencia" donde
daba cumplida cuenta de los éxitos y fracasos de la investigación
parapsicológica en estas cuatro décadas. Por cierto, para dicho
reportaje entrevisté a un gran parapsicólogo que tenéis en
Argentina, el amigo Alejandro Parra, cuyo Instituto de Psicología
Paranormal es todo un ejemplo de seriedad y rigor. Creo,
Mirta, que la parapsicología tiene que seguir adelante en su ardua
y poco reconocida labor, esquivando obstáculos, pero necesita el
apoyo de la ciencia, no su rechazo. Afortunadamente, hay físicos
como el premio Nobel Brian Josephson que se están interesando por
lo paranormal, a raíz de sus incursiones en el no menos anómalo
mundo de las partículas subatómicas, que como sabemos no se rigen
por leyes causales sino probabilísticas. Pero ya sabes que
personas como él, o como el biólogo Rupert Sheldrake que
también estudia la ESP, son rechazados por la comunidad
científica. Mientras no cambie el paradigma vigente, la
parapsicología seguirá siendo muy cuestionada por el
establishment científico. En fin, lo único que te puedo decir es
que quien practica un sano escepticismo, como es mi caso, seguirá
amando el misterio, navegando en sus aguas por muy turbias que
estén y llevándose bien con la gente del mundillo. Los
detractores son los que no aman el misterio. Al contrario,
lo desprecian. Se mofan de los investigadores y de los testigos.
Así pues, es importante diferenciar al escéptico del detractor.
Pero hay que decir también que amar el misterio no significa caer
en la credulidad. Hay que erradicar la superchería. Es la duda la
que debe guiar a todo buen buscador de la verdad. Y si por el
camino nos encontramos con respuestas que no esperábamos, si
verdaderamente somos honestos, debemos aceptarlas y dejar a un
lado nuestros prejuicios, por mucho que nos cueste. Muchas de las
ideas y creencias que yo sostenía hace años se han ido quedando
por el camino. Si me he vuelto escéptico en ciertos asuntos no es
por gusto, sino porque forma parte de mi evolución intelectual y
del proceso desmitificador que he considerado oportuno realizar,
para separar la paja del trigo. Si no actuásemos así ante
fenómenos tan escurridizos como los que estudia
la parapsicología, poco avanzaremos. Entonces no estaríamos en
disposición de exigir a los hombres de ciencia que se interesen
por una disciplina que ni nosotros respetamos. - ¿A qué
escéptico admiras o tienes por referente o simplemente lees? - En
España admiro, tengo por referente y leo a Gonzalo Puente Ojea.
Me parece uno de los pensadores más brillantes que tenemos. De
una erudición y de una solidez argumental impresionantes. Libros
como "El mito del alma", "Vivir en la realidad" o "Elogios del
ateísmo" son extraordinarios. Aunque se ha centrado sobre todo en
el estudio crítico de las religiones, siguiendo fielmente la
línea estructurada por el brillante antropólogo Edward B. Tylor,
artífice de la teoría animista para explicar el origen
del sentimiento religioso en el humano primitivo, sus fundamentos
filosóficos y científicos, así como su irrebatible deconstrucción
de la falacia animista, sirven perfectamente para aplicarlos a
los erróneos sistemas de creencias que parten de los presupuestos
paranormales y ufológicos, cuyos hechos pueden deberse a muchas
causas, pero no necesariamente a causas que se hallen en otro
nivel ontológico. Es una falacia afirmar que los fenómenos psi
demuestran la existencia del alma humana. Seguimos aferrados a
ese trasnochado y ficticio dualismo alma-cuerpo, propio del
pensamiento animista. Reconozco que es una lectura muy densa,
demasiado compleja y, por tanto, no destinada a un público
profano en tales materias, pero bien merece la pena aproximarse a
la obra de Puente Ojea. Luego ya daría el salto a especialistas
extranjeros. Mis autores escépticos favoritos son:
Richard Dawkins, Robert Sheaffer, Carl Sagan, Michael Shermer,
Sam Harris, Daniel C. Dennett, Wendy Kaminer, Martin Gardner,
Wiktor Stoczkowski. A la mayoría de estudiosos del misterio
muchos de estos autores ni les sonarán. Es lamentable que sólo
conozcan la literatura crédula, la que añade más misterio a los
misterios, y no la escéptica, la que trata de resolverlos a la
luz de la razón, desde un prisma científico. Todavía hay muchos
ilusos leyendo a Däniken y a otros fabuladores similares a estas
alturas del siglo XXI. Así andamos. - ¿Es más fácil creer o
descreer? - Sin duda alguna, creer. Es de las primeras cosas que
se nos inculca en nuestra infancia. Se nos adoctrina en edades
tempranas porque somos más vulnerables. Nos hablan de Dios, de
los ángeles, del cielo, del infierno y de los milagros con una
naturalidad pasmosa. No nos potencian a pensar, sino a creer.
Rezamos de forma automática sin saber muy bien qué decimos y
si alguien nos escucha. Incluso se nos bautiza sin esperar a que
tengamos uso de razón para tomar una decisión propia. Simplemente
es algo que marca la sociedad, es una cuestión considerada
sagrada y, por tanto, no puede cuestionarse. Aunque las
sociedades modernas, al menos en occidente, se han secularizado,
las tradiciones religiosas siguen ejerciendo una
poderosa influencia en el sujeto desde que es pequeño, en el seno
de su familia. Luego resulta difícil desprenderse de esos malos
hábitos adquiridos. Y van transmitiéndose de una generación a
otra. No me extraña que Dawkins hable de "memes religiosos".
Incluso hay mucha gente creyente con una buena
formación cultural. Aún así, jamás se han parado a replantearse
si sus creencias religiosas tienen algún fundamento. Sigue la
tendencia general y se deja llevar. Por eso, los ateos somos
observados como "bichos raros", aún hoy, cuando ni los propios
creyentes son consecuentes con su fe, pues muy pocos siguen los
preceptos marcados por su religión. Viven como ateos,
¡pero quieren seguir afirmando que son creyentes! Supongo que por
guardar la esperanza en una vida eterna. Hasta ese punto actúa
esa droga llamada "fe", que hace perder totalmente el sentido
común. Como bien decía Nietzsche: "el último cristiano murió en
la cruz". Conozco a pocos creyentes que realmente sean buenas
personas por culpa de su religión. Si son buenas personas,
lo serían también si fuesen ateos. Uno no se convierte en peor
persona por dejar de creer en Dios, como algún ingenuo piensa
todavía. La moral no nace de la religión. En cambio, hay buenas
personas que su religión las convierte en criminales. Les hace
ver el mundo dividido entre fieles e infieles, entre personas que
siguen a Dios y personas que siguen al diablo. Con
esas peligrosas ideas en la mente, es muy fácil cometer cualquier
atrocidad. Recordemos lo que pasó el 11-S, por ejemplo. Estoy
seguro que los terroristas suicidas que matan en nombre de Dios
no habrían asesinado si la fe ciega no hubiese castrado su mente
racional. Por eso no creo que la Biblia o el Corán sean libros
adecuados para dejar al alcance de un niño. Llegar al ateísmo
requiere, por tanto, un gran esfuerzo intelectual,
una independencia mental y una profunda reflexión sobre las ideas
y creencias que heredamos culturalmente. Y pocos se atreven a dar
ese crucial paso en sus vidas. - Aún así, ¿has sentido alguna
vez nostalgia de creer en algo? - Me gustaría creer en la bondad
del ser humano, te juro que lo intento, pero cada vez me cuesta
más. Pero bueno, si te refieres a algo sobrenatural, la verdad es
que no. Ya creí en su día en muchas cuestiones
esotéricas, espiritistas, en la vida post-mortem, en el alma, en
la reencarnación. Pero todo eso, como te digo, se fue perdiendo
por el camino y ahora me desplazo con más soltura, sin tanto peso
sobre las espaldas. Dice el filósofo ateo André Comte-Sponville:
"¡Qué libertad! Desde que soy ateo, tengo la sensación de que
vivo mejor: más lúcidamente, más libremente, más intensamente".
Eso mismo me ocurre a mí. Hoy, me preocupan más las cosas de este
mundo, con sus virtudes y sus miserias. Me interesa el ser humano,
no los hipotéticos seres de otros mundos, ya sean físicos o
etéreos. Sé que no hay vida más allá de la muerte. Te aseguro que
se vive mejor sin creencias y asumiendo nuestra finitud. Vivo más
el aquí y el ahora porque sé que esta vida es la única
oportunidad que tengo. Siento, eso sí, no haber pensado de este
modo hace muchos años, pues así hubiera abandonado mucho antes
las absurdas creencias que defendí en su momento y que me
distraían de muchas otras cuestiones más fascinantes dentro del
estudio de los enigmas, pero bueno, son etapas en la vida y todo
sirve en algún momento de algo. Lo malo es irte a la tumba con
las mismas supersticiones, creencias e ideas irracionales que
adquieres en la infancia y en la adolescencia. - Soy consciente
que te voy a hacer una pregunta difícil, que la mayoría de gente
evade contestar ya sea fingiendo total satisfacción o acudiendo
a respuestas elípticas o asépticas, aquí va: ¿la vida te ha
dejado medianamente satisfecho o te gustaría que algo en tu
pasado hubiera sido diferente? - Una sola cosa me gustaría que
no hubiera ocurrido en mi pasado: la muerte tan trágica de mi
madre cuando tenía 48 años. Precisamente hacemos esta entrevista
un 1º de marzo, cuando se cumple exactamente 24 años de
su muerte. Aquello fue una tragedia para mi familia.
Afortunadamente, lo superamos con el paso del tiempo. Por lo
demás, la vida me ha dejado muy satisfecho. No suelo quejarme,
máxime viendo lo mal que lo pasan tantísimos seres humanos que no
tienen nada que llevarse a la boca, que viven en medio de
conflictos bélicos o que han sido víctimas de catástrofes
naturales. Viendo tragedias como las ocurridas en Haití o en
Chile, jamás me atrevería a decir que la vida no me ha dejado
satisfecho. Por otro lado, soy un defensor acérrimo de las
libertades y, en ese sentido, he hecho lo que he querido sin dar
cuentas a nadie. He disfrutado de la vida con moderación,
mi único vicio ha sido la lectura (jamás he fumado ni he bebido
alcohol, lo cual celebro), tengo buena salud, tengo una familia
estupenda, por mi vida se han cruzado mujeres extraordinarias
-aunque se han quejado siempre del tiempo que dedico a estos
temas-, tengo buenos amigos con los que comparto mis inquietudes
-en eso del ateísmo, sin embargo, me encuentro más bien solo- y
me he dedicado a lo que me apasiona. El haberme interesado por
los enigmas me ha enriquecido mucho mi vida a nivel intelectual y
humano. He podido entablar amistad con eminentes investigadores
del mundo del misterio como Jiménez del Oso o Antonio Ribera, que
ya no están entre nosotros. Y con gente del campo de la ciencia,
como el reputado astrofísico Juan Pérez Mercader, todo un sabio.
¿Cómo puedo quejarme, amiga Mirta?... - Tu libro "El negocio de
la Virgen", ¿te ha dado satisfacciones?... - Muchas. En
principio, porque nunca pensé que sería capaz de escribir
un libro, a pesar de tantísimos artículos que escribo. Eso era
impensable para mí, hasta que me puse y lo hice. Otra de las
satisfacciones es que me lo publicó Jiménez del Oso en una
colección de libros dirigida por él. El prólogo fue suyo además.
Y otra enorme satisfacción es que el libro haya servido a tanta
gente para darse cuenta de las tramas económicas y sectarias que
se esconden detrás de las apariciones marianas. Si mis
investigaciones han valido para advertir a la gente del peligro
que subyace detrás de estos aparentemente inofensivos movimientos
de piedad popular, me doy por satisfecho. Sé que el libro ha
molestado a ciertas personas vinculadas con la Iglesia y con el
mundo mariano con los que me unía cierta amistad, pero lo lamento
mucho, son los resultados de mis investigaciones y lo que
plasmo ahí es lo que he descubierto. Digo como Aristóteles: "Soy
amigo de Platón, pero más amigo de la verdad". Contra los hechos
no valen argumentos. Hay creyentes que aunque le pongas delante
las pruebas del fraude, no querrán admitirlas jamás. Prefieren
seguir anteponiendo la fe a la razón. Lo siento por ellos. Sin
embargo, he recibido cartas de muchos creyentes, personas
de profunda fe cristiana, agradeciéndome el haber escrito ese
libro, pues creían que todo lo que se mueve en torno a las
apariciones marianas era auténtico. Casi todo lo que se escribe
sobre las apariciones de la Virgen se hace desde una óptica
piadosa. Así pues, mi libro tiene la peculiaridad de haberse
hecho desde una vertiente periodística, de investigación "in
situ", de estar entre los videntes y los promotores del
movimiento aparicionista, de entrevistar a los implicados. Sacar
a la luz lo que se esconde detrás de esos grupos integristas,
exponer las diversas hipótesis para explicar los supuestos
milagros y revelar datos inéditos de los casos aparicionistas
más importantes de todo el mundo, supone un arduo trabajo, pero
muy gratificante a la vez. Y la verdad es que mi libro ha tenido
una gran acogida. Hace seis años que se publicó y aún recibo
emails de gente que lo sigue leyendo y asombrándose de todo lo
que ahí revelo. - Para terminar, ¿qué te sugieren los siguientes
nombres?: - Carl Jung: un importantísimo faro en mi particular
recorrido por el misterio. Y no fue ateo precisamente. Tras leer
a Jung, para mí el tema OVNI ya no volvió a ser el que era. Ni yo
tampoco. - Carl Sagan: otro importante faro en mi interés por la
ciencia y el pensamiento escéptico. No leer su obra póstuma "El
mundo y sus demonios" es imperdonable. - Jiménez del Oso: los
enigmas sin él no hubiesen sido lo mismo. A todos nos fascinó su
programa "Más Allá". Marcó una época. Le agradeceré siempre
toda la confianza que depositó en mí, como corresponsal de sus
revistas. - Ignacio Darnaude: maestro, filósofo, amigo,
confidente. Una de las mejores personas que he conocido en mi
vida, por no decir la mejor. Sí, es la mejor, porque encima no me
reprocha mi ateísmo. Él, que tanto ha escrito sobre la Causa
Primera. - Raúl Ortega Librero: hermano del alma. Aunque
discrepemos en ciertos puntos, sabe que recorremos el mismo
camino. Rara vez pasa más de una semana sin que nos reunamos para
hablar de lo humano, de lo junguiano y. de las mujeres. Y
últimamente también de la música, pues otra vez está tocando
la batería. - Manuel Carballal: no sé si está loco, pero es el
investigador más atrevido, valiente y tenaz que conozco. Nos une
una buena amistad desde hace un montón de años, a pesar de la
distancia. Le tengo una profunda admiración. - Conocimiento:
es lo que más me satisface en la vida. Es mi
constante búsqueda. - Ateísmo: mi actual filosofía de vida.
Fuera fideísmos. Y no pienso cambiar mientras Dios no se me
manifieste para decirme que estoy equivocado, jaja. -
Escepticismo: tan necesario como seguir la acertada máxima de Kant:
"Ten el valor de servirte de tu propia razón". Razón y
escepticismo van unidos. - Tánatos: despedida y cierre. Ahí se
termina para siempre jamás esta maravillosa experiencia que es la
vida. Aprovechémosla sabiamente. No hay otra oportunidad.
|